viernes, 23 de septiembre de 2011

Una carta olvidada

Antes de trabajar debo escribir algo.
hace unos día me encontraba sentada estudiando sobre el VIH y sus implicaciones, cuando entre el montón de cosas que tenía encontré una carta de hace un par de años, la cuál escribí pensando que sería entregada a su "dueño" en el momento oportuno. La abrí  y empece la respectiva lectura de la misma, de que trataba? cuál era la esencia de la misma?... ja! quieren saber verdad? eso es lo emocionante de una carta, esta dirigida para una persona que no son uds. osea es privada  y si les doy la opción de conocer lo que dice de ella....mmmm suena bien no?... pues lo siento mucho, lo único que puedo decir es que en ciertos momentos de la vida se debe tener suficiente coraje para mostrar una percepción diferente de la vida, la carta anteriormente descrita tenía un propósito de dar  a conocer la realidad de la vida diaria, poner la verdad de las cosas, mostrar la percepción de las situaciones desde mi punto de vista.......... jamás llegó a su destino por lo que por obvias razones, la misión no fue cumplida gracias a mi. Muy mal yo sé.

Siempre es bueno decir las cosas como son, a veces pienso que en ciertos momentos a mi como que el filtro ya no me funciona y todo sale de mi cabeza tal cual. Sin embargo creo que la verdad no tiene apodos, la verdad es la verdad y no se puede hacer nada contra eso... precisamente ayer recordaba con una amiga que cuando hay algo incorrecto en mi familia yo no puedo quedarme callada, lo cuál por supuesto me ha traído ciertos problemas, ya que como he mencionado mi filtro en ciertas ocasiones como que se apaga. Pero también tengo claro que eso no significa que la verdad no pueda decirse en el tono correcto, en el momento exacto con las palabras correctas. Yo sí peco de no cumplir con alguna de las tres anteriores, si no es que las tres (oops) No se si me entienden, ya clase! haha Yo creo que uno se arrepiente más de no decir las cosas, que de decirlas ya sea de buena o mala manera.... nosé muy complicado..

Conclusión: no se agobien por lo que digan, porque bueno o malo ya lo hicieron, pero eso sí aprendan de eso para saber cuando es bueno invitar al dulce silencio a la conversación y cuando definitivamente hay que cerrarle la puerta y darle paso a las palabras necesarias. (Prov. 14:3)



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